lunes, 10 de diciembre de 2012

Te encontré.



Yo no te busqué,
jamas te soñé,
no recuerdo si te imaginé.

Me invadía la certeza,
por el año aquel,
de que afuera solo había
soledades como las mías.
De que la noche
acabaría con mi vida,
con mi temor
a encontrarte perdida.

Yo no te busqué,
sin embargo te halle.
Brillando entre las sombras,
alumbrado el camino
hacia la costa.

Como un tesoro,
escondido entre la arena,
como un diamante
entre las aguas, entre la tierra.

Ahora solo queda la memoria,
para no olvidar que te encontré,
para recordar que fuiste mía,
y que nadie podrá quitarme eso esta vez.

Ya no temas, que la huida
no requiere de tristes despedidas.
Aunque el mundo se derrumbe,
te encontré y ya eres mía.

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