Aquí estamos mirando el cielo
con todo el celeste frente a nuestros ojos,
debajo, la tierra acaricia nuestra espalda
y la brisa nos abraza suavemente.
Es otro día más, pero podemos sentirlo diferente,
y las horas se detienen y nos ayudan a pensar
sin dejar de sentir y disfrutar
el aroma de las flores, que nos ayuda a soñar
con mundos mejores donde todo sea realidad.
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