En estos oscuros momentos
en los que el cansancio
oprime mis huesos,
en los que me siento vacio y con miedo,
acudo corriendo a tus brazos
esperando obtener consuelo.
La noche se hace muy larga,
ya nada devuelve mi sueño;
mis ojos gotean las penas
que densamente se van disolviendo,
cuando te veo en mi mente,
a mi lado sonriendo.
Y todo recobra el sentido
renuevas todos mis bríos,
cuando acaricias mi alma,
con tus palabras de alivio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario